lunes, 26 de noviembre de 2012
25-11-2012
Sábado. Doce de la noche. Restaurante abierto. Normal. Pero no por bodas (siendo las fechas que son, es lógico que la gente se case menos), sino por un grupo que cenaba. Juerga. Normal, pero la música de la "disco" no era la que tanto me tenían acostumbrado. No había ni Bisbales, ni Chenoas, ni "modo retro" (ABBAs, Julio Iglesias, Raphaeles). No, lo que sonaba tenía un toque algo más... ¿cómo decirlo?... más agitanado. Y no, no es que pusieran toda la discografía de Pitingo, no. Lo que se oía era flamenco y gitaneo en todo su esplendor. Y el grupo, no era una reunión familiar de algún clan, no. Era un grupo de una reconocida firma nacional que me dejó con el culo torcío al oír la música del "baile" post-cena.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)