LIBRO DE VISITAS

miércoles, 22 de junio de 2011

LENGUA Y LENGUAJE

¿Hola? ¿Es la Real Academia de la Lengua? ¿Siguen aceptando en el diccionario la palabra "CERRADO"?

Es que a la gente le sienta fatal que un hotel cierre su bar por la noche. Nosotros, ya lo he mencionado alguna vez, tenemos bar, sí, pero NO es 24 horas. Abre a las nueve y cierra a las once de la noche. Hay gente que se lo toma con filosofía, a otros les sienta como si les diesen una patada en los dientes, pero lo que me pasó anoche... Me llega un cliente preguntando si se les podía servir algo. "No, lo siento. El bar ya está cerrado". "¿Seguro que no hay forma de tomarnos algo?" Ahí, en plan "dando pena". "No, lo siento. Cerró a las once". "Pues la otra vez que estuvimos nos sirvieron hasta las tantas". "Porque lo tendrían contratado y pactado de esa manera". El hombre, viendo que se quedaba sin alcohol, atacó con la temida frase: "El director es amigo mío". Pues muy bien, y que lo seáis por muchos años. "Llámale". ¿Que llame al director, a la una de la madrugada, para que se le abra el bar? "Lo siento, pero a estas horas el director está ya durmiendo. Y aunque le llamara, sin camareros no le podemos servir nada". Y eso que los camareros se fueron ya poco antes. Si llegan a coincidir... "¿Y no me puedes servir tú algo?" ¡Sí, claro! Una cerveza, un gin tonic, y hasta te puedo servir la cabeza del Bautista en bandeja de plata (por cierto, esto es un sarcasmo). "Disculpe, pero yo no sé servir copas, y no está dentro de mis obligaciones de RECEPCIONISTA".

Bueno, así quedo la cosa... por poco tiempo, ya que al rato suena el teléfono. En broma pienso que es el director, que el cliente le ha llamado. Cuando contesto, me quedó de piedra. ¡En verdad era el director! Le comento que los camareros ya se fueron, que no hay nadie. "Llama al de seguridad que le sirva algo". Le llamo pero está cerrado. (Además, no estaba por la labor de ponerse en plan camarero, por una sola persona, que si fueran tres o cuarto, tal vez...).

Ya véis, un cliente, escudándose en que conoce al director del hotel, si quiere tomar una copa a las tres de la mañana, por sus santos coj*** que se la va a tomar. Pero si está cerrado el bar, la culpa no es mía. Pero lo que me repatea es que, viendo que no consigue lo que quiere, llama al mismo director para que me dé la orden de servirle. Como dijo el filósofo: hay gente para todo.

Cambiando de tema, me parece muy bien que los clientes soliciten ellos mismos servicio de taxi, pero al menos que avisen. Que luego se te presenta un señor a las seis de la mañana para recoger a un cliente. No hay nota por ningun lado de que vengan a recoger a ningun cliente. El hombre, con su buena educación y todo (que nunca falte el "buenos días"), me da el nombre del cliente, pero cuál es mi sorpresa de que no aparece en el ordenador. El hombre llama a la agencia (que encima lo solicitan desde la agencia de viajes, pero ni el cliente ni la propia agencia no dicen nada). Después de muchas vueltas, sale que el cliente es de un grupo que tenemos en el hotel. ¡Haber empezado por ahí! Asi si. (es que, como con ese grupo, hay dos clientes por habitación, los nombres estaban metidos de forma diferente).

2 comentarios:

  1. El alojado insistente es un capullo. Que hubiera salido. Y tu jefe un impresentable que te pide cosas que no están en tus funciones. Se le podía haber preguntado a tu jefe: "¿Puedo romper la puerta del bar a patadas para entrar a servir bebidas?" A ver qué decía.

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  2. ...tú te has copiao de mí bandido... ese era mi blog!
    http://www.turismo20.com/profiles/blog/list?user=35lxu104bu10b

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