Hace tres noches. Llega una familia al comienzo de mi turno. Ingleses. El cabeza de familia habla conmigo:
- Es la primera vez que conduzco en España, pero un conductor me ha pitado cuando estaba parado en el semáforo en ámbar. Porque el rojo es para parar y el verde para seguir, ¿no?
- Sí, así es.
Estuve por preguntarle si era inglés, por aquello de que allí conducen por la izquierda y aquí por la derecha. Pero lo curioso es que el hombre parecía que me echaba la culpa.
Más tarde, baja a la recepción con su portátil. No cogía el Wifi. Pero es que lo deja en plan enojado, como si yo tuviera la culpa de todo lo malo que le pasara. Meto yo de nuevo la contraseña (por si el hombre lo había metido mal). Pero luego me doy cuenta de que no puede meter todos los caracteres. Me fijo que hay un link debajo de la casilla de la contraseña. Clico. Mensaje de "compartir archivos". "No". "Conectado a red wifi pública". Meto contraseña. Completa. "OK". "Conectado". Y ya está.
- ¿Qué ha hecho?
- Parece ser que su ordenador no acepta contraseñas de más de 8 caracteres (la contraseña de nuestro Wifi tiene más de 8). Me fijé en un mensaje que había al lado y ya acepta contraseñas de más caracteres.
Y el hombre pone cara de entenderlo. Pero se fue a su habitación.
Buen hombre, si se ha comprado usted un ordenador, mírelo bien todo. Y léase las instrucciones. Gracias.
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