LIBRO DE VISITAS

lunes, 13 de septiembre de 2010

LA MALA EDUCACIÓN

Bueno, pues ha llegado ese día de cad mes en el que todo lo que puede salir mal, saldrá mal.... ESTAMOS A 13!!!!! Pero cuando soy consciente del día que es, la mala suerte es menor. Son cosas raras que pasan en mi día a día, como aquella vez que... XD Sí, otra anécdota (me voy quedando sin ellas ya).

Pues fue una noche, la típica de los grupos de empresa. Me llegan tres señores de un grupo que teníamos alojado a las tantas y..., bueno, sólo os diré que los ojos los tenían super rojos. Pues la cosa es que llegan de la juerga del centro de la ciudad y muy contentos (vamos, que se les oía descojonarse desde el otro lado de la calle) y uno me llega para pedir despertador (sí, lo hacemos), pero entre las risas, lo borrachos que venían y la hora tan temprana que dijo me hice el sueco. Pero el hombre volvió a pedirme que le despertáramos y esta vez le hice caso. La cosa es que lo apunto y veo a los tres señores dirigirse a las escaleras del hotel para subir a las habitaciones. Pero no. No suben. Se quedan tumbados (sí, TUM-BA-DOS) en ellas. Y seguían con su cháchara en voz alta (no muy alta, pero a oscuras, a las tantas en un lugar en silencio se oye mucho). Me acerco y, de buenas maneras, les indico que no se pueden quedar en las escaleras hablando, y menos tumbados. No recuerdo muy bien lo que me respondieron (es que ese momento es para olvidar) pero creo que me dijeron algo del tipo "hacemos los que nos salga (que para eso hemos pagado una pasta por las habitaciones)". Vamos, que estaba viendo que no iba a poder con ellos. La cosa es que el compañero de seguridad estaba al lado y se acerca al escucharnos. Yo me vuelvo a la recepción dejando al compañero con ellos, y les dice que no se pueden quedar en las escaleras hablando, y menos tumbados. Vamos, lo mismo que yo les dije. Y entre ellos que estaban cazurros y bebidos, y el de seguridad que es un hombre de mucho carácter, llegaron a discutir, pero mi compañero, ante todo, es un caballero educado, y antes de llegar a las manos o de ponerse a gritar, les llamó maleducados y se fue (no muy lejos, se quedó a mi lado). La cosa es que surgió efecto (¿es "surgió" o "surtió"? Porque la segunda me suena un pelín mal... Bueno, a lo que vamos) y se subieron a las habitaciones, no sin antes uno de ellos acercarse a la recepción y decirme: "Que sepas que hemos hecho esto por lo mal que has tratado a mi compañero" ¿Mal? A ver, vienen borrachos y lanzando carcajadas increíbles. Además, me piden que les despierte a una hora muy temprana. ¿Y seguro que esa es la habitación de él de verdad? ¿O es para gastarle una broma a un amigo? ¿O sí es su habitación, pero con el pedal que lleva, habrá dicho mal el número? "Además, no tenías por qué llamar a un señor que no conocemos de nada a decirnos nada" "Disculpe, pero ese señor es el compañero de seguridad, y estaba aquí mismo y al oírnos hablar se ha acercado a ver qué pasaba" "¿Y a quién dice que molestamos? ¿A ti?" "No. A los demás clientes que están durmiendo" "Pues esta tarde estaba yo en el hall y los niños me molestaban" "Una cosa son las cuatro de la tarde y otra las cuatro de la mañana" "Pues mañana pienso poner una queja" Pues sigo esperando esa queja..... y esto fue antes del verano. Si es que.... Siempre lo he dicho: la gente se queja luego de los chavales con los botellones, cuando son ellos peores que los jóvenes...

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