Bueno, esta entrada no sé si catalogarla como "simple anécdota" o como "hay gente pa' tó" o no sé... Bueno, os cuento:
La otra noche se fueron tres habitaciones (de la misma familia), a eso de las cinco de la madrugada o poco más. El hombre me llega y me dice de dejar las habitaciones, y que ya estaba todo pagado. Miro en el ordenador y, efectivamente, estaba todo pagado... de una habitación. Y así se lo comunico (sólo faltaba pagar esa noche de las otras dos habitaciones). El hombre, al principio, me mira extrañado, pero yo se lo explico: "Está todo pagado hasta ayer, pero falta abonar esta última noche de estas dos habitaciones" (lapsus de mi compañera del turno anterior que no se lo cobró). Le comunico el montante y el hombre acepta, dándome la tarjeta. Pero cuando ya iba a cobrarle, el hombre inspecciona la factura anterior (la ya cobrada; ahora no sé si él tenía copia o si se la saqué yo), y me dice que está mal. Yo busco la reserva y se lo digo: "Tengo que eran 5 habs, pero cancelaron dos de ellas. Y tengo que finalmente son una doble y dos triples". "No, es dos dobles y una triple". Pido disculpas por el error y me escudo en un error de una de mis compañeras a la hora de modificar la reserva. Total, que tan sólo tenía que descontarle (devolverle) lo cobrado por un desayuno de más en la triple que no era tal. Es decir, devolverle un total de tres desayunos (os recuerdo que estaban tres noches). Creo que queda bastante claro, ¿no? Así se lo explico, pero el hombre me dice que no, que es más. Y yo se lo vuelvo a explicar lo más claramente posible. Pero el hombre, revisando la reserva, me dice que se lo hemos cobrado en más habitaciones. Yo le indico en la factura: "Este es el precio de la doble, este el de la triple, y este el de la otra triple, que como era doble, le quitamos el desayuno". "Ya, pero me lo cobra en otras habitaciones". ¿Cómo? Y se lo vuelvo a explicar, y el hombre, erre que erre. Finalmente le indico que la factura está en orden cronológico. "Estos son los precios de las habitaciones de la primera noche, estos de la segunda y estos de la tercera". Y al hombre le seguía sin entrar en la mollera. Y luego encima me metía prisa porque llegaban tarde a no sé dónde. ¡Y qué culpa tengo yo de que usted no se entere! Total, que haciendo él sus cuentas y yo las mías, llegamos al mismo resultado (el que yo ya le estaba diciendo a este buen señor desde hacía un rato). Con lo fácil que era devolverle simplemente tres desayunos del total de la factura....
PD: ¡Que no te enteras, contreras!
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