Bueno, pues como ya os dije en la entrada anterior, aquí viene una nueva actualización.
Como ya sabréis muchos de vosotros, ya es verano (si alguien no lo sabe, es que, o es un esquimal, o tiene una vida 2.0 demasiado absorbente). Y, como cada verano, se busca personal extra en la hostelería (véase bares, restaurantes y, ¡oh, sí!, hoteles). Bueno, pues el caso es que estamos buscando personal para este verano en el hotel, y se puso un anuncio. Contestó bastante gente (por la de currículum o currículos - que ambas son aceptables por la RAE - que nos llegaron). El caso es que nos tuvimos que decantar por una de ellas, y así fue.
Y no hicimos peor elección... *niega*
Me explico. No sé cuánto estuvo de "prácticas" esta chica (sí, era un "ella"), pero el caso es que un día estuvo de mañana, tutelada por una compañera. Según me contó, llamaron a recepción de una habitación. Esta chica contesta. "¿Nos pueden subir el desayuno a la habitación?" "Vale" ¡Y cuelga! Pero, ¡pregunta cuántas personas son! ¡Si quieren café o no! ¡Por Dios Santo y Misericordioso, pregunta al menos qué habitación es! Mi compañera, que estaba preparando otras cosas, la pregunta: "¿Qué querían?" "Que se les subiera el desayuno" Faltaba como media hora para que acabara el horario de desayunos. "¿Y qué habitación era?" "No sé" Os podéis imaginar la cara de mi compañera. Suerte que en nuestra centralita se refleja el número de la habitación que llama, y a eso recurrió mi compañera. "Pero, habrás visto qué habitación llamaba, ¿no?" "No sé" Hija mía, no te estampo el ordenador porque lo necesito para trabajar. Mi compañera entonces llama a desayunos. "¿Qué habitaciones te faltan por llegar?" A todo esto, decir que por la noche, una de las cosas que preparo es un listado de habitaciones ocupadas con número de alojados para que las camareras del desayuno apunten los que han bajado a desayunar y los que no. El caso es que a la compañera del desayuno le quedaban tres por bajar. "¿Te suena que llamara alguno de estos?" "Sí, ésta" ¿Sí? ¡Sí! ¡SI, HA DICHO QUE SI! ¡Alabemos al Dios Todopoderoso, creador de la luz, y a Thomas Alva Edison, ideador de la santa bombilla!
Pero esto sigue, ya que cuando consiguieron averiguar la habitación, ya había cerrado el desayuno. La compañera se lo recuerda y la extra responde: "No me dijiste a qué hora cerraban" ¿Que no? ¿QUE NO? No te clavo el bolígrafo en la yugular por la sangre luego se quita fatal de la ropa. "Si te lo he dicho no hace ni media hora" "Que no" "Que sí" (etc, etc...).
Bueno, la cosa se quedó en eso, pero lo fuerte viene ahora: La jefa de recepción (que no sabía nada de lo anterior) la llamó al día siguiente, porque no aparecía. "A ver si la ha pasado algo, que esté enferma, o algún familiar está en el hospital o algo". Pero nada, que no lo cogía. Ya empezaron las murmuraciones y lo bulos. Al final se supo la verdad (lo que os acabo de contar). Pero lo fuerte es que esta chica nos escribió un mail donde explicaba que no iba a venir porque "me he dado cuenta de que mi nivel de inglés no es lo suficientemente bueno para trabajar en vuestro hotel". Y la verdad es que, a pesar de que NO era la verdadera razón, sí que se olían algo mis compañeras, ya que también pasó que llegó un cliente al hotel y la dijo a esta chica que tenía una reserva. En inglés. "I have a booking. Mr. Smith". Y la chica se le queda mirando. Mira a la compañera que estaba con ella. "No entiendo lo que dice". Por favor, que esa frase nos la aprendemos los licenciados en Turismo el primer día de carrera. "Te está diciendo que tiene una reserva" "Es que lo dice de una forma muy rara" ¿Rara? ¿RARA? Tú sí que eres rara... Bueno, pues de esta chica nada más se supo. Y despreció un buen empleo, ya que tenía el contrato ya firmado, pero si esta chica dice que no tenía ni pajorera de inglés... Si no tienes ni idea de inglés, ¿por qué has enviado el currículo? ¿Pensabas que no te iban a pillar? Ay, Señor, llévame pronto contigo...
Pero, como necesitábamos gente, contactamos con la gente que teníamos en la recámara para echar una mano de vez en cuando. Y estas dos últimas noches la tuve en mi turno. Otra pavisosa. La explicaba las cosas y, en vez de apuntarlas, se me quedaba mirando como si me quisiese hacer una foto con los ojos. Pero, ¡toma nota! En fin... Bueno, he de decir que yo, cuando empecé aquí, también estaba cohibido y nervioso, pero pronto me hice con ello (no en vano llevo ya cuatro años trabajando aquí, ¿no?). Ahora os digo a vosotros: cuando empezásteis a trabajar (los que estéis en edad laboral), os mandaban a hacer algo, al terminar, lo decíais, ¿verdad? "Ya está hecho. ¿Qué hago ahora?" Es lo más normal del mundo, ¿no? Pues esta chica no es normal. Veo que termina (yo estaba adelantando trabajo, ya que la primera noche me dejaron un montón de cosas por hacer), ¡y se me queda de brazos cruzados! Desesperante. Pero lo peor de esta chica es su concepto de la puntualidad. Si tienes que estar diez minutos antes de tu hora (pongamos, a las cuatro de la tarde), ¡no te presente a las cuatro Y cuarto! ¡Y de calle! Si te vas a cambiar en el trabajo, ven por lo menos quince minutos antes. A mí no me importa que llegues justo en punto, pero, por lo menos, ven ya cambiada.
En fin, que nos espera un veranito... Por que esta chica, a pesar de haber estado dos noches conmigo, la veo aún demasiado verde. Cruzo los dedos para que todo vaya bien, porque la toca quedarse sola dos noches. La diré lo que les digo a todos, cualquier cosa que me llame, da igual la hora que sea, aunque sea una chorrada. Seguro que la pasa algo y no llama ni nada, y cuando sea el cambio de turno, se irá corriendo a su casa sin decir nada, Esperemos que no, pero, por si acaso... *poniendo velas a Santa Rita*
Ya os contaré...
Upps, a mí no me pasa eso, he tenido un montón de gente de prácticas, y sólo pasó con una.
ResponderEliminarEl resto siempre lo ha pillado a la primera y es que a mí me encanta enseñar.
Yo lo que les digo a todos es que es normal quedarse bloqueado pero que no se cohíban, que si viene un inglés y no saben lo que dicen, el siguiente se enterarán mejor, y así le pierden el miedo a quedar mal y al final lo pillan.
Es cuestión de amor al trabajo y comprensión a los compis, nuevos...
RECEPCIONISTA